sábado, 29 de noviembre de 2014

Singapur y Malasia

Con mi bicicleta atada en la popa del barco,paso aproximadamente ocho horas con tapones en los oídos para minimizar el ruido de los motores.Después de un par de películas sin entender nada y una siestecita,por fin llego a Batan,la isla que me separa de Singapur a otra horita de ferry ,pero esta vez de silencio y con aire acondicionado.
Casi de noche,paso por aduana y sin problemas,un nuevo sello me permite noventa días de estancia.
La primera impresión fue impactante,ya que de la primitiva Sumatra pasaba a la ciudad de rascacielos y tecnología punta.
Permanecí solo tres días,suficientes para mi en este tipo de urbes.
Gracias al detalle de un compañero ciclista,Ramón me acoge en su piso,evitandome así los caros hoteles.
Singapur,que hace cincuenta años pertenecía a Malasia,quiso independizarse por asuntos políticos y a su vez queriendo ponerse a la cabeza de los países mas modernos y quizás civilizados también.
Es considerado como unos de los países más seguros y limpios.Esto ultimo se refleja en el ejemplo de que te multarian si te ven mascando chicle.
Mis días los aproveché paseando tanto andando,que es lo que suelo hacer cuando me hospedo al menos dos dias,y también en bici,porque es un pais-ciudad que no es peligroso a nivel de trafico.
Disfruté con mi visita al barrio chino,a la zona de little india y a contemplar sus rascacielos con arquitectura que están a la vanguardia.
Allí,se mezclan distintas religiones y culturas.
Podría decirse que la ciudad se divide como en distritos,definiendo un poco la cultura que habita en ella.
Por lo general es un lugar no muy barato para los turistas.Mis comidas las hacía en el barrio chino o en alguno de los puestos de comida callejera.
Podría calificar a Singapur como un país burbuja,es decir,viven totalmente al margen o fuera de contexto de lo que representan sus paises vecinos como son Malasia e Indonesia.Un paraíso de la tecnología y el puro marketing.
Pasados esos días,preparo mis bártulos y un domingo bien temprano me dirijo hacia la frontera con Malasia.
Treinta kilómetros tuve que recorrer para llegar al puente que separa ambos países.
Tuve que bordear un bonito parque natural y al ser último día de semana me encontraba muchos ciclistas a mi paso que aprovechaban su día de descanso y disfrutaban del menos intenso tráfico.
Una cola de centenares de motos se aglomeraban en el puesto fronterizo.Pasada la barrera me acerco a la malaya.
Normalmente los agentes de las fronteras ,no es que luzcan un carácter muy afable,pero en ésta el chico se interesó mucho por mi viaje poniendo otro nuevo sello para otros noventa días.
Malasia la decidí recorrer por su cara oeste,ya que en la Este llovía mucho y el viento intenso siempre seria en contra.
Carreteras seguras y conductores que mayoritariamente me respetaban .Eso me permitia recorrer buenas distancias cada día.
El monzón,pese a que llovía menos,no dejaba de empaparme a ratos cada tarde.
Volvía a viajar solo,mi compañero Tom y yo seguíamos rumbos similares pero a distinto ritmo.
Malvasía se constituye de tres culturas principalmente.La que cubre el ochenta por ciento es la islamica,luego a parecidos ratios compartirían la hindú y la china.
El país inundado de templos de cada religión,me ayudaban a pasar las noches en las que la lluvia me advertía para buscar un techo.
Notaba la diferencia respecto a Indonesia,y es que aquí parece ser que ven a turistas con mas habitualidad,ya que no percibía apenas la atenta mirada o el gesto impulsivo por acercarse a mi.
Varios cicloturistas me encontraba tanto en mi dirección como en la contraria.Este es un pais de paso,tanto el que viaja hacia Tailandia como el que va rumbo Australia o Nueva Zelanda.
Para entrar en Tailandia,debía elegir entre arreglar mi visado en la capital,Kuala Lumpur o en la isla de Penang.Opté por la segunda debido a los censejo que leía en foros viajeros.Kuala no es lugar apropiado para ir en bici.
Cuanto mas viajo,más necesito de tranquilidad y poco ruido.Será que me vuelvo más sensible.
Poco antes de llegar a Penang,después de saludar a un malayo que viajaba desde China ,me encuentro con una bonita pareja que tomaban un desayuno.Paré y nos presentamos,ante la sorpresa de que ella era española y su chico alemán..Su viaje seria durante medio año alrededor del sureste asiático,combinando el ciclismo con su pasión por la escalada .
Teníamos misma ruta por lo que compartimos kilómetros hasta el norte ,donde nos separaríamos.
Con mi visado tailandés arreglado en Penang de un día para otro,con un coste de veintitrés euros al cambio y una estancia de dos meses,voy finalizando mi vigésimo segundo país de este viaje.
Por otro lado también ponía fin a mi último o de los siete países musulmanes que pese a no compartir en absoluto sus creencias y regimenes,no pararé de dar las gracias por la generosidad y hospitalidad recibida a lo largo de estos meses.
A un día de cruzar a Tailandia,mi bicicleta Duna cumple sus primeros catorce mil kilómetros.
Recuerdo con anhelo,el tiempo de preparación antes de partir a este viaje.Recuerdo cómo investigaba acerca de otros viajeros y la admiración que depositaba en ellos por lograr sus propósitos.
Tengo la sensación de que comencé mi viaje justo ayer y eso pienso que se debe a que vivo cada dia de manera muy intensa y con una incertidumbre que me hace sentir realmente vivo.
Preparado,emocionado e ilusionado para alcanzar la cultura budista.Aquella que tomo como filosofía de vida y de la que pienso aprender todo lo posible durante los meses que pedalearé en el resto del sureste asiático.

1 comentario:

  1. Ese jose! A ver si se nos vuelven a cruzar los caminos!! No se al final que checkpoint elegiste para pasar a Thailandia, pero el de montaña, nos ha dejado hoy sin aliento!! Un beso de los dos y hasta pronto! L+H

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