domingo, 25 de mayo de 2014

Italia

Para la entrada a Italia,nos encontramos los tres mosqueteros,Marcus,Igor y yo.Antes de nuestro cruce a el país de la pasta,tuvimos que atravesar el diminuto Mónaco.Durante las horas que estuvimos allí,el centro de atención desapareció de los coches de alta gama hacia nuestras bicis cargadas de ilusiones.
Se acercaba la noche y alcanzamos Monteviglia,primer pueblo italiano,donde no pudimos resistir cenar nuestra primera pizza.Esa misma noche ,sin muchas posibilidades de acampada,terminamos ocupando parte de una zona de parking de césped.
A la mañana siguiente ,mientras pedaleabamos por una carretera costera,un ciclista nos asesoró sobre un carril bici de nada mas que veinticinco kilómetros,incluidos dos largos túneles.Al parecer ,las antiguas y obsoletas vías de trenes antiguas,las han transformado en carriles para bicicleta,algo que pude observar y disfrutar con seguridad a lo largo de la costa hasta Genova.La tarde la aprovechamos para pasear por paseos marítimos,lavarnos en duchas de playa e Igor sacar algo de dinero con sus bonitos shows de globos.
A veces las personas van y vienen sin avisar,fué el caso de Marcus.Temprano,sobre las ocho,pedaleando algo más rápido que nosotros dos,parecío perdernos de vista ,por lo que Igor y yo continuamos sin él.
Ese mismo día llegamos a Genova.Con la noche en nuestros hombros,buscabamos sitio para acampar en algún parque.
Preguntando repetidas veces,optamos por un centro social de autogestión (okupas),llamado Buridda en el que tras una larga espera,al final conseguimos una habitación.Era un lugar muy peculiar.
El día siguiente amaneció soleado y cambió a nublado con lluvias por la tarde.Fué un día de mucha subida y bajada,la zona de costa entre Genova y Viareggio es de mucha montaña con lindos pueblos a su paso,especialmente Cinco Tierras(Cinque Terre)
La noche fue relajada en la playa.Tras cenar pizza que nos regalaron,pudimos dormir como verdaderos reyes escuchando el sonido del mar de fondo.
Un nuevo compañero de viaje se sumó a esta travesía .Bubo,el mono con inquietudes de conocer mundo no dudó en saltar a esa bicicleta que pasaba lentamente a su paso.Desde ese momento ,experimentará las mismas sensaciones que yo.
Necesitábamos al menos la mitad de un día para sacar algo de dinero y poner al día algunas cosas.Para ello,elegimos La Spezia,una ciudad con aires de pueblo costero,el cual abandonamos a la noche,tras recorrer diez kilómetros hasta el próximo pueblo,donde pudimos dormir en un pequeño paseo marítimo a la suave luz de un castillo.
Habían pasado cinco años desde que visite este país a  mochila,por lo que volver a visitar la Toscana,me produjo muchos recuerdos.Un precioso lugar llamado Lucca,donde pasear por todos sus rincones,es tarea casi obligatoria.
Saliendo de ella,Igor consiguió intercambiar una bonita figura de globos ,a cambio de una rica pizza para cada uno.Eso ocurrió poco antes de localizar nuestro próximo hotel.Una zona de merendero con columpios de una pequeña villa.
Para mí,llega a ser prácticamente indescriptible la sensación de dormir donde quieras y te apetezca.
Llegó el día de alcanzar Florencia,mi ciudad por excelencia en Italia.La entrada no pudo ser mejor,ya que en un puesto ambulante ,en el cual  sólo pedimos pan,terminaron llenándonos las dos bicicletas de bolsas de comida.La generosidad de Nápoles,nos decían.
Nuestra estancia en esta bella ciudad la haríamos bajo el techo de un amigo de Igor,un chico que también ha viajado en bicicleta.La tarde opté por pasarla paseando en soledad.Necesitaba revivir bonitos recuerdos y perderme por sus rincones llenos de arte y siempre con bonitas melodías de músicos callejeros.
Hacia muchos días que no dormía en una habitación.Al despertar decidí de continuar,pero antes,pasé la mañana entera visitando de nuevo ,incluyendo el mirador de la plaza de Michelangelo.
Desconocía la asombrosa tarde de mágicos paisajes de toscana q iba a tener rumbo Bolonia.Tráfico casi inexistente y praderas verdes .Gran parte del trayecto era de infinita subida,pero como todo en la vida,contento sabiendo que me esperaría una gran bajada,y así fué.Me detuve cerca de una parcela con aŕboles que me camuflaban de la vista de curiosos.
Una noche buena,como la mayoría,una cena antes de leer un poco y por qué no,ver una película en mi ordenador.
El día siguiente me tenía preparada una sorpresa.Días atrás estaba recogiendo información acerca de cómo hacer show con grandes burbujas de jaboń.Pues bien,fué entrar a Bolonia y tras la comilona de un gran bocadillo en su plaza central,pude observar a dos tipos que lanzaban burbujas al aire.
Con mucha simpatía y curiosidad de mi viaje al mismo tiempo,me aconsejaron de lo necesario para empezar a hacerlo por mi cuenta.
Venecia era mi próximo destino.Hasta su llegada,decidí hacerlo mitad interior y mitad costa.La segunda opción me sorprendio´,ya que treinta kilómetros hasta el Puente de La Libertad de Venecia,eran de puro e intenso tráfico de camiones.Una pesadilla para cualquier ciclista.En italia no es que desborde la empatía sobre el que va sobre dos ruedas y a base de pedal.
Eran las seis de la tarde y opté por quedarme a dormir en una casa a medio construir a pocos kilómetros de la ciudad de los canales.
Venecia no es fácil de visitar con una bicicleta pesada.Para cruzar sus canales debes cargar con ella a cuestas.Tienes la opción de dejar equipaje en taquillas y ese tipo de cosas,pero tengo la peculiar manía de estar en todo momento pendiente de mis cosas.
Conocí gente interesante y probé dulces que la anterior vez no pude.Hasta media tarde estuve de paseos pero no es barato hacer noche en un hostal allí,por lo que me dirigí al exterior de nuevo ,ya dirección frontera con Eslovenia.
Unos ciento sesenta kilómetros que recorrí tranquilamente en un par de días.
Disponía de dos opciones,una la de entrar a Eslovenia por Trieste y otra más al norte sin costa que era Gorizia.La segunda eleccioń me permitiría ver más del país ,por lo que hice su entrada sin pensármelo.
Eslovenia,un país desconocido para mí pero con muy buenas referencias.Atrás quedó Italia y el amplio abanico de colores verdes me esperaba .

viernes, 23 de mayo de 2014

Se despierta la curiosidad...¿y por qué en bicicleta?

Son muchas las personas que puedes llegar a conocer durante el camino. En la mayoría de las ocasiones ese encuentro queda en una presentación cordial seguidamente de habituales preguntas.
Las personas se rigen por una dinámica normalmente establecida,por lo que es algo común el hecho de que les inquiete saber acerca de esa parte un poco ajena a su forma de vida.
Las mismas cuestiones formuladas de decenas de maneras.
En este apartado quiero hacer referencia a la pregunta no más habitual,pero sí la que hace un poco de sintonía a las demás.
¿Por qué en bicicleta y no de otro modo?. En primer lugar,quiero resaltar que amo viajar en todas sus vertientes y modalidades,porque conociendo mundo,te acercas a conocerte  más a ti mísmo.
He viajado en coche,con mochila y en bicicleta.Ésta última es la más apropiada para mi gusto.
En primer lugar es un transporte sostenible que respeta el medio ambiente.Tiene un coste de mantenimiento equivalente a las dos cervezas que te tomas en cualquier lugar,evitando tasas,impuestos y seguros.
Te olvidarás de los atascos y estarás siempre tranquilo para aparcar.Estas características la definen como medio de transporte en cuidad y fuera de ella.
Con todo esto,no estoy tampoco a favor de erradicar el automóvil,sólo reivindico un uso más inteligente y práctico de éste.Estamos acostumbrandonos a usarlo para distancias excesivamente cortas siempre justificadas por una falta de tiempo imaginaria.
Viajar en bicicleta no es ir a una velocidad rápida,pero tampoco lenta,siendo la idónea para sentir todo aquello que te rodea.
Te acerca más a la gente que la mayoría de los otros medios ya que casi todo el mundo tuvo bicicleta alguna vez.
Algo importante para mí,es que pedalear no provoca ruido,por lo que te hace disfrutar y estar más atento de una forma más silenciosa(los pájaros y el sonido del viento es el peculiar sonido de ir en bicicleta).
Te hace valorar de forma muy intensa ,cosas básicas del día a día  que damos por hecho que las debemos de tener,y no es así.Aprecias el agua como si de oro se tratase.Si encuentras sombra de un árbol que te cobije en un momento duro de calor,estarás contento ,y si el día se presenta sin viento,serás feliz.Cosas simples que te hacen estar enormemente agradecido y eso desafortunadamente está desapareciendo.
Cuando las personas se dirigen a mí,lo hacen considerándome un ciclista que debe estar muy preparado físicamente para hacer un viaje de tal calibre.Pues bien,eso ,desde mi punto de vista no se acerca a la realidad.Siempre he hecho deporte,pero algo normal,sin destacar en ninguna faceta.Pienso firmemente que viajar de esta forma,está al alcance de absolutamente todos ya que la forma física se obtiene gradualmente con el paso de los dias.Cada día tu cuerpo será capaz de hacer más kilómetros que el día anterior.El avance es notorio en poco tiempo.
Más que algo referente al esfuerzo físico,diría que se trata de ámbito mental.Psicológicamente debes asimilar el estar expuesto a todo tipo de situaciones inesperadas tanto sociales como meteorológicas,aunque,¿no es eso la vida real?.
Como todo,si crees en lo que haces,confías en tí mismo y te guías por lo que realmente sientes,sólo eso te hará triunfar independientemente del resultado.
La bicicleta es una gran doctora que te ayuda a mejorar físicamente.Hace varios años,padecí de un accidente que me fastidió la espalda .Pues bien,esos incómdos síntomas que de vez en cuando tenía,desaparecieron.Es la herramienta perfecta para fortalecer espalda,piernas y tu sistema cardíaco,ya que tu cuerpo está en continua oxigenación.
Viajar en bicicleta es conectarte a la naturaleza,formar parte de ella.
No quiero omitir que haber realizado una distancia propuesta con tu propio esfuerzo y sudor,no sea digno de sentirse orgulloso de uno mismo.
Animo a todos aquellos que tengan ganas de liberarse un poco del perjudicial coche en ciudad,que vuelvan a montar sobre dos ruedas y aseguro que las ganas de usarla irán creciendo,ya que todo son ventajas.
A aquellos que quieran probar con un viaje en bici,pueden hacerlo gradualmente(así hice yo),pequeñas salidas para acostumbrar cuerpo y mente,aprovechando para conocer un poco más ese espíritu aventurero .
La bicicleta,ya sea como deporte o como transporte,puede ayudar a mejorar nuestro planeta si apostamos por ella.
Recicla kilómetros y únete al movimiento.

sábado, 17 de mayo de 2014

Francia

El recorrido por Francia resultó ser muy acompañado.
Me adentré en el país por la costa.Eran muchos los comentarios sobre el viento que azotaba en ese punto.Sin tenerlo muy en cuenta me dirigí a Port Bou y esas famosas rachas de viento sólo tenían intenciones de querer verme arrojado en la cuneta,sobre todo en la parte alta de la montaña,donde me rendía quieto aguantando la bici con fuerza sin posibilidad de pedalear.
Cerberé,primer pueblo francés me daba la bienvenida con Sven,un profesor de música suizo que viajaba desde Málaga hasta casa en sus vacaciones.Con él llegué hasta Perignon,lugar donde cogería tren para poder llegar a tiempo a su jornada laboral.Esa misma noche sin saber donde poner la tienda por el fuerte viento de la costa,termino protegiendome y refugiado en un pequeño vivero,tumbado con mi saco encima de un remolque de tractor.
Mi idea de esperar a que el fuerte viento parase cada vez era mayor,ya que no conseguía superar los diez kilómetros por hora.
Aún así,mis ganas de pedalear eran mayores y pude alcanzar Sigean,donde pasé noche en un bosque a las afueras del pueblo ,usando grandes arbustos como muro protector.
Tras pasar una noche medianamente relajada,fuí a buscar algo de desayuno cuando me encuentro con Mike Walker,un chico inglés viajando en bicicleta por parte de España,Francia e inglaterra.
Las condiciones de tiempo mejoraron y pudimos observar que se celebraba el mundial de windsurf,por lo que tenía mucho sentido.Grandes condiciones para un deporte y muy pocas para otro,a excepción de ir con viento de cola .
Entre los dos decidimos elegir un camino que nos beneficiara a ambos en nuestra ruta,por lo que optamos por pasar por Beziers.Ciudad con gran catedral gótica y un pequeño castillo en su parte alta.La acampada se proporcionó en un prado verde con vistas a ese pequeño pero encantador castillo de aire medievo.
Eran las siete con el sol nos despertó.Cada uno tomó rumbo diferente y mi siguiente destino era Agde,un pequeño pueblo con un bonito canal.Allí conocí una pareja que viajaba en bicicleta doble reclinada.
El pedaleo de la tarde me hizo llegar a Montpelier,una ciudad costera grande pero con muchas alternativas de ocio.El sonido de un didgeridoo me hace girar a una calle,donde un chico,Ronan,se quedó fascinado al verme llegar con la bicicleta tanto a mi escucharlo tocar.Juntos terminamos contandonos cosas acercas de viajar en bici tomando rica cerveza.
Esa noche la pasé en una zona de campo muy cercana a la playa.
El canal du Midi atravesando aguas con flamencos rosas me esperaban al día siguiente,pedaleando hasta casi el anochecer,ya que son de ese tipo de puestas de sol que pedaleo casi sin tráfico y escuchando buena música.Una inesperada lluvia por medio de aspersores automáticos me desvelaron a las tres de la mañana,ya que es lo que te puede esperar por acampar en un jardín de una urbanización.
Arles me ofreció curiosos lugares para visitar,como antiguos teatros y museo de Vicent Van Gogh,con música de artistas callejeros de fondo.
Uno de los lugares realmente bonitos ,fueron surgiendo tras pasar la multitudinaria Marsella,la ciudad del jabón.
Aunque no tuve la oportunidad de llegar hasta los puntos clave de Les Calenques,ya que no tenía donde dejar la bicicleta a buen recaudo,bien cierto que tuve el privilegio de ver las playas y calas de aguas turquesas que me esperaban poco mas adelante.
La mañana siguiente,nada mas recojo mis cosas detrás de una tienda de muebles,donde pasé la noche,me encontré con Marcus,de nacionalidad alemana y de profesión,cocinero en un hospital.Pedaleamos todo el día juntos contemplando parte de la increible Costa Azul.
Al atardecer ,nos encontramos con un chaval descansando junto a su bicicleta.Igor,un brasileño que se unía a nosotros para cruzar a Italia.Tiene un gran talento con la globoflexia,ya que es así como gana dinero para financiarse su viaje.
Tras un par de días juntos entramos en Mónaco y ese mismo día alcanzar Italia.Ya empezaba a oler a pizza.
Pasados casi cinco años desde que visité a mochila Italia,me daba mucha emoción volver hacerloṕpero esta vez con la forma de viajar ideal para mí,subido a mi bicicleta.