viernes, 19 de septiembre de 2014

Armenia

Podría calificar este país como la montaña rusa para los ciclistas.Desde el comienzo ,cruzando la frontera por praderas que rondaban los dos mil metros de altitud,no hemos parado de subir y bajar.
La población que reside actualmente en Armenia,puede oscilar los tres millones de habitantes,los cuales ,más de la mitad residen en la capital,Yerevan.
Nuestro paso estuvo llenos de encuentros con personas que vivían de la agricultura.A menudo,nos invitaban a productos recolectados por ellos mismos y es en ese momento,donde encuentras la gran diferencia con el sabor que procede de los supermercados.
Pude observar que la mitad norte de Armenia es mucho más árida,ya que la mitad sur estaba inundada de vegetación.
Los locales nos hablaban continuamente del enfrentamiento que tienen con Azerbaijan,luchando ambos por terrenos y asuntos absurdos de política.
Allá donde miras ,encuentras la famosa marca rusa automovilística Lada.Algo en lo que tuvimos que tener extrema precaución,era en circular con más cuidado de lo normal.Aquí la gente bebe mucho alcohol,sobre todo ,vodka.Era algo muy habitual pedir alguna indicación y que el mismo individuo que pilotaba,te ofreciera la cerveza o copa que se estaba bebiendo en ese momento,sin dejar de mencionar la cara de hebrio con la que te contestaban.
Tuvimos que cruzar varios puertos que superaban los dos mil cuatrocientos metros.Resultaba algo agotador,pero compensaban las vistas y el silencio que allí había.
Carreteras con puestos de frutas,en los que saliamos de alli con la cesta llena e incluso sandía entera en la parte trasera de nuestras bicicletas.
Hemos pasado la noche en el campo,en la puerta de una clínica veterinaria,en una presa de agua de un río,en humildes casas.
Por primera vez desde que salí de casa,he sentido verdadero cansancio,no por los más de nueve mil kilómetros que he recorrido hasta ahora,sino por la combinación de montaña y calor.
Recuerdo el último puerto que tuvimos que empujar la bicicleta durante veintidos kilómetros cuesta arriba,aunque la recompensa vendría después con veintisiete de bajada a una velocidad media de cincuenta por hora.
La última etapa del país,transcurría pedaleando junto a la valla fronteriza con Irán.Decenas de torres de vigilancia custodiaban el terreno.
Con el poco dinero armeno que teníamos,pensamos en gastarlo en comida antes de pasar a Irán.Para ello,siendo medio día,
paramos en una pequeña aldea que tenía una estación de trenes abandonada junto a la valla fronteriza.
Tom,después de comer algo,se acercó a fotografiar los vagones antiguos ya que serían bonitas fotos de recuerdo.
Alguien lo vió y eso proporcionó lo que sería nuestro susto del día.Despues de pasar la tarde con los vecinos ,y tener una pacífica noche ,la persona que nos acusaba de espías ,comenzó a alarmar al resto de vecinos.Argumentaba que era realmente sospechoso que dos extranjeros parasen en aquella zona para fotografíar algo de poco interés.
Ante tal alboroto,que cada vez se hacía mayor,decidimos irnos y a ocultas,meternos en una habitación de la estación a pasar la noche,ya que era algo mas de las doce y no había más lugares medianamente fiables en la zona.
Al poco rato de preparar las cosas para dormir,fuimos sorprendidos por dos agentes militares armados con fusiles.
Nos pidieron una explicación,en la que gracias a que Tom sabe hablar en ruso,todo fue aminorando la tensión.
Le pidieron la cámara y les hizo borrar las fotos.En ese momento ,yo recordaba que también hice un par de ellas mas tarde,por lo que aproveché el descuido de éstos para borrarlas lo más disimuladamente posible.Tras estudiar bien nuestros pasaportes y hacernos muchas preguntas,todo quedó en un pequeño susto que nos hizo recoger las cosas y pedalear a las dos de la mañana para terminar dormir un poco en la gasolinera junto a la frontera iraní.