domingo, 13 de julio de 2014

Hogares sin pestillos

Viajo sin reservas de hoteles ni con un lugar fijo donde dormir.
La incertidumbre de donde poder pasar la noche se convierte en mi simpática compañera de cada día.
Aprendes con la experiencia que tarde o temprano encontraras un lugar donde soñar con los angelitos.
Cuando caminas confiado en tí y aceptando lo que pueda ocurrir, es ahí, donde en muchas ocasiones surge la magia.
Este hecho, en su inmensa mayoría está de la mano de personas con un desconocimiento absoluto del término "extraño".
Gente de corazón sin domesticar para ofrecerte lo mejor de ellos.
Desde verte vagamundeando hasta que estas sentado y limpio en su mejor sillón, listo para un buen banquete.
Cuando compartir se convierte en prioridad, todo hace que tu viaje se vuelva más enriquecedor.Aprendiendo de los valores de la humildad.
El universo te deja en el camino todo aquello cuanto necesitas. No lo pidas, sólo divaga con gratitud.
La hospitalidad se vuelve en la mayor enseñanza y generosa lección que toda persona lejos de casa pueda obtener, ya que tu hogar se transforma en tu propio camino.
En deuda con todos aquellos que a modo de ilusión óptica me han hecho desaparecer las puertas de sus humildes moradas.

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