Tres días pasamos en Bandar Abbas,la ciudad más al sur de Irán con la mayor calor y humedad que jamas haya vivido.
Nuestro barco hacia Emiratos tenía una duración de doce horas cruzando el golfo pérsico.
Llegamos por la mañana por tratarse de un trayecto nocturno.En la frontera ,un simple sello en el pasaporte por duración de un mes.
El cambio de escenarios era completamente distinto a lo que dejamos atrás. Rascacielos y una atmósfera en la que podías respirar el desahogo económico del que disponían .
Los habitantes mantenían mas la distancia,es decir,menos abiertos que los iraníes.
Para dirigirnos a Oman,tuvimos que pasar por la impactante Dubai.Este tipo de lugares no son de mi gusto pero debo reconocer que impresiona a la vista.Una ciudad que lucha por un estatus y un circulo que promueve el hecho de quien dispone del piso o coche más lujoso.
Fue en una agencia de Dubai Marina donde compramos el billete para volar a Indonesia desde Muscat.
La idea de coger un vuelo no estaba en mis planes iniciales,pero la ausencia de barcos desde esta zona,no me da otra opción .
Tres o cuatros días fueron suficientes para querer salir de este lugar,tanto lujo y superficialidad comenzaba a ponerme nervioso.
La carretera hacia Oman era desértica,donde las llanuras de tierra y roca pasaban a ser dunas de arena.Comenzamos a ver las primeras señales de advertencias de camellos.Estos animales,verdaderos supervivientes de las extremas temperaturas,siempre nos observaban de manera curiosa sin quitarnos ojos de encima.Parece que les gusta los ciclistas.
Una estancia de una semana y poco antes de entrar en nuestro próximo país,Oman.
Para éste, al igual que emiratos no necesitamos de visado,pero si pagar una tasa de cuarenta euros por una estancia de un mes.
Varios condicionantes hicieron que nuestros planes cambiaran.La idea de pedalear de norte a sur a la espera de nuestro vuelo hizo que cambiara tras el accidente de mi compañero Tom.
La impaciencia y el poco respeto por parte de los conductores,provocó la colisión de uno de ellos contra mi amigo y sumando su huida,escapando de responsabilidades.
Por suerte ,nada le pasó a él, pero la bicicleta quedó dañada.Una pareja lo llevo en coche a la siguiente ciudad para encontrar lo que aqui es casi misión imposible,una tienda de bicicletas.
Pudimos hacer un apaño,pero por poco tiempo.
Esta circunstancia hizo que no pudiéramos pedalear tanto que quisiéramos ,así que decidimos dirigirnos lentamente hacia la capital y allí esperar el vuelo.
Oman no resultó ser paisajísticamente lo que me esperaba,ha resultado ser bastante monótono,al menos la cara norte.
Es un país de pocos habitantes,de los cuales ,al meno dos tercios son migrantes de India,Bangladesh o Pakistan.
El gusto por los coches es algo sorprendente.Siempre están atentos para tenerlos limpios .Algo curioso es que plastifican todos los asientos,a veces las puertas.Quizás sea por limpieza o simplemente por la sensación de alargar el hecho de tener coche nuevo.
Pequeños pueblos alejados unos de otros ,los cuales están inundados de los negocios clave,como son la barbería,la lavandería y las tienda de repuestos de coches.
A parte de eso,no pude observar nada interesante a nivel cultural o de ocio,posiblemente sea la causa de que se desvivan tanto por el mundo automovilístico.Añadir que aquel que tenga sucio el coche,puede ser sancionado con multa por parte de la policía.
Más que el camino de Santiago,hacíamos el camino de Alá, ya que parábamos siempre en las mezquitas para huir del calor a medio día y para dormir por las noches,aliviandonos con agua fría .
La rueda de Tom volvió a romper,por lo que no tuvimos mas remedio que hacer autostop a un viejo camión para que nos ahorrase los sesenta kilómetros hasta la capital.
Una vez allí,no tuvimos suerte de encontrar repuesto ,así que la idea de viajar al sur finalizó.
Teníamos que permanecer en la ciudad hasta el día de nuestro vuelo a Yakarta.
Un chico me aconsejó acerca de una mezquita,en la que dos señores que salían de ella,nos preguntaban si necesitábamos algo.
Tras contarle nuestra historia,no dudaron en ayudarnos y ofrecernos una habitación perteneciente a una gran sala de celebraciones,donde podíamos descansar con aire acondicionado.Un reposo que necesitábamos desde la mitad sur de Irán ,donde el calor fuerte nos azotaba sin piedad.
Fueron varios días los que estuvimos en una zona de la ciudad buscando caja para embalar la bicicleta para el aeropuerto y pensando que llevar y que dejar,ya que el peso limitado por parte de la compañía aérea nos dejaba con la única opción de portar lo básico.
Es curioso cuando realmente necesitas algo y lo proyectas con fuerzas,acaba surgiendo eso que pides.Varias semanas sin una ducha decente,sin dormir más de tres horas seguidas debido al calor de la noche a la interperie y de repente encontrarte teniendo que usar mi saco de dormir ,abrigandome del rico frío que nos regala esa maquinita del techo.
De nuevo dar las gracias a todas aquellas personas que surgen de la nada para hacer mas enriquecedor mi viaje .
sábado, 11 de octubre de 2014
Emiratos Arabes y Omán
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario